TRX

TRXjamon

¿Saben qué es eso? Pues yo estaba en las mismas. En la vida había escuchado hablar de eso hasta que me invitaron a tomar entrenamiento. Me aventé porque solo correr me estaba aburriendo y quería algo nuevo.

Platiqué con el entrenador Héctor Gómez, quien está certificado para poder impartir este tipo de entrenamiento y me contó un poco de la historia del aparato y comentamos que tan complejo sería utilizarlo con una lesión como la mía.

Antes de continuar les voy a recordar. De ninguna manera soy un especialista en la salud o medicina del deporte. Soy un gordo cualquiera que busca a personas capacitadas, certificadas y que está dispuesto a trabajar para mejorar su calidad de vida.

Dicho lo anterior. Aquí va mi experiencia con el Entrenamiento de Suspensión en TRX:

Este aparato consta de manerales, tiras de nylon y pinzas de seguridad. No es tan distinto al equipo con que se asegura la carga en una camioneta, delatando su origen. Es invento de un soldado estadounidense que buscaba mantenerse en forma mientras llegaba el momento de entrar en combate.

Necesita ser asegurado en un punto fijo elevado para mantener la tensión y poder ser usado sin riesgo a que te lesiones.

Conozco personas que me comentaron que su experiencia con el TRX no fue satisfactoria, terminaron muy adoloridos, efectivamente, después de su primer sesión de TRX se van a dar cuenta que hay zonas de su cuerpo que no sabían que podían doler. Pero tampoco es para que se pongan a llorar y no quieran volver a hacerlo. Neta.

¿Por qué es esto? Bueno, el entrenamiento de suspensión, te lleva a sostenerte de las tiras ya sea con brazos o pies, con el interesante cambio de que al apoyarte en el TRX estas obligado a cambiar tu peso para mantener el equilibrio, muchas veces son movimientos pequeños e involuntarios, ¿han patinado? Más o menos así pero sin el riesgo de partirse la cara, van a desarrollar su capacidad de coordinación.

Como tiene elementos de resistencia, emplea el propio peso para esto, la dificultad se cambia al variar el ángulo en el que se ejecutan los ejercicios así que uno va ganando consciencia de cómo funciona el cuerpo y cómo se comporta durante la rutina, dándose uno mismo la oportunidad de aumentar o disminuir el grado de dificultad o de peso durante el mismo. Así mismo, tiene algunos movimientos que parecen sencillos, casi sin chiste. Pero al acumularse las repeticiones, das cuenta de la efectividad.

¿Qué cuelgas de piernas como jamón ibérico? Sí, pero no es conveniente intentarlo durante la primer sesión, OBVIAMENTE. Primero hay que agarrarle confianza, entender cómo funciona y ya que se logra eso, si se tiene la fuerza, intentar cosas más complejas. Todo tiene una curva de aprendizaje, esto no es la excepción y quien los entrene se los va a decir, si no lo hace, no se dejen presionar. Una de las grandes virtudes que reconozco en Héctor es que, es exigente, pero de ninguna manera nos presiona u obliga a hacer un ejercicio, pero encontrará una alternativa acorde a nuestras capacidades. En mi caso, cercanas a las de una piedra.

¿Y la rodilla? Bueno, para este tipo de actividades siempre uso la rodillera, no quiero arriesgarme a agravar la lesión. Repito lo ya dicho, al ser un entrenador certificado, Héctor sabe que alternativas a un mismo ejercicio existen para poder completar una rutina balanceada y efectiva sin que ninguno de los que la practicamos se lesione. Así que he logrado fortalecer la rodilla sin problema.

Otra ventaja, ayuda al estiramiento post rutina. Si a veces parece que te estiras como en un potro de la inquisición. Pero solo estando allí entiendes su eficacia.

Ya van 3 meses de entrenar de esta manera. Los beneficios que he notado son: mayor fortaleza en general. Mucho mejor equilibrio. Mayor elasticidad. Más coordinación. Y la gama de ejercicios es muy amplia.

Probablemente continúe, posiblemente lo combine con otro tipo de entrenamiento para no estancarme en lo mismo y poderles compartir de otro tipo de entrenamiento que existe.

De momento les puedo decir que si encuentran un lugar en donde se practique TRX le den una oportunidad.

¡Corre gordo!

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Pues sí, es bien distinto correr en una cinta ergométrica (caminadora, ‘pa que me entiendan) a hacerlo al aire libre. Me invitaron a un lugar que tiene un buen trazo, es seguro y no me queda tan lejos.

Ya llevaba rato usando una caminadora que no tiene motor, pero tiene un ángulo de inclinación que ayuda a que, con el esfuerzo propio, se mueva la banda. Pero te hace sentir como viejito en andadera porque te obliga a pescarte de los manubrios que posee y te obliga a echar el cuerpo hacia adelante. Según lo que me han explicado, no es lo ideal porque la postura erguida, con la espalda lo más derecha posible es la que ayuda a que toooooodo trabaje adecuadamente, incluida la respiración.

Luego usé una de esas máquinas modernas con motor, elevador de 12 posiciones, 10 velocidades, simula trazos que le indiques por google maps, tiene ventilador, toca música. Si preparara café espresso (o exprés, todo lo demás está mal escrito) me la llevaría a vivir conmigo… o más bien “hubiera” es lo adecuado. Si recorres más distancia, te cansas menos, mejoras tu postura, los rebotadores ayudan a mantener el ritmo y aminoran el impacto del paso. Pero sólo estás pegando de brinquitos como Pitufo en el bosque. Se presta a que hagas trampa, ok ok eso está en uno y su compromiso con uno mismo. Tampoco me encanta que te obliga a echar la espalda hacia atrás para compensar el movimiento de la banda, pero probablemente es que no encuentro la velocidad ideal todavía.

Correr al aire libre, ok aquí va mi queja primero. El calor ptm, ahí si no hay nada que hacer más que empezar a hacerlo más temprano, pero si aparte llovió el día anterior, la evaporación hace un sauna que sofoca. La caca de perro, no es culpa del perro, es culpa del pendejo dueño irresponsable ¿si es mucho pedo hacerse responsable de sus bestias? Pues entonces no las tengan. Es en momentos como estos en los que aprecio el cuidado que tienen los gatos al respecto. Eso sin contar la falta de espacios, torear autos, la contaminación, inseguridad. Pero una vez que encuentras el espacio, lo aprecias.

Correr de a de veras en el exterior (o caminar, trotar, lo que prefieran) es la mejor opción, encuentras tu ritmo, tu postura, velocidad. Mi modo de hacerlo después del calentamiento es caminar unos minutos, subir la velocidad a una corrida de 10 minutos y luego esprintar por 1 minuto o 2, volver a caminar y así. No siempre es igual, a veces subo una colina y a la bajada si vivo en terror por lo irregular del terreno (bueno, no el terreno, mi pierna izquierda lesionada en tobillo y rodilla)

Como todo ejercicio, correr te puede conducir a una meditación de autoconciencia, no nada más de revisar tu nebulosa mental, a realizar los psicodramas que tanto disfrutamos en los que siempre tenemos la respuesta correcta a lo que creemos que nos van a decir. También de conciencia del cuerpo, es más útil que colgarse los 30 sensores que registran su desempeño.

Y cuando corran, en lo que corran, levanten las rodillas.